PARTE UNO
PRESENTACIÓN: “El Inicio: AQS”
Un jueves 29 de Octubre del año 1992, cuando al promediar las 2 y 25 de la tarde, el destino dispuso que sienta la luz del mundo exterior por primera vez.
Y fue allí en donde comenzó una historia, mi historia; la cual hoy comparto con todos ustedes, esperando que sea de su agrado. Es una historia normal, una historia, común como la de cualquier otra persona.
CAPITULO I: “Primeros Pasos”
Ya una vez instalado en mi nuevo hogar en compañía de mis padres, de quienes hablaré más adelante, empezaron mis experiencias de vida.
No recuerdo mucho esta etapa por razones de edad, pero lo poco que sé por mis padres y demás que me vieron en esta etapa de mi vida, lo compartiré.
Yo vivía junto con mis padres en un tercer piso en una casa que queda en el Jr. Amazonas, mi madre trabajaba y mi padre también así que no pasaba mucho tiempo con ellos pero tenía una nana que me cuidaba, de la cual su hija hoy en día en mi amiga… ¿Qué pequeño es el mundo no?
Yo era un pequeñito de pelo ondulado, risueño, juguetón.
A pesar que no pasaba mucho tiempo con mis padres creo que los pocos ratos que la pasaba junto a ellos eran buenos. Cabe recalcar que fue por mí que mis padres de ser pareja pasaron a ser convivientes, ya que cuando yo tenía unos dos días de nacido, fue recién que mi papá se apersonó con sus cosas (las pocas que tenía, porque como todo hombre que vive solo, solo tiene lo que necesita, es decir, una cama, su ropa, una mesa, y un par de ollas con una pequeña mini cocina) a donde vivía mi mamá, para decirle que se mudaba con ella; mi madre solo se resignó a aceptar…jajaja
Bueno creo que fue una bonita etapa, con el cariño de mis padres a pesar del poco tiempo que pasaba con ellos, ellos me dieron lo mejor a cuanto pudieron…dicen.
He pasado ratos adorables en familia, siempre hemos viajado constantemente a Chimbote, donde vive la mayoría de los hermanos de mi padre; allí la pasaba bien en compañía de mis padres mis tíos y mis primos.
Pero bueno como en toda historia hay un lado oscuro, siniestro y como la felicidad no es para siempre; cuando estaba en el apogeo de mi infancia, a un año de entrar al jardín, me enteré que iba a recibir una visita una visita que en ese momento no entendí, pensaba que sería como la visita de un tío, un amigo de mis padres, o alguien que viene está un rato y se va, pero me equivoqué; aquella visita de la que no solos mis padres sino mis abuelos (por parte de mi mamá), y toda la familia que tenía aquí en Cajamarca comentaba: mi hermano.
Era algo que yo no esperaba, que no quería, porque simplemente la llegada de mi “hermanito” significaba menos cariño para mí, menos mimos, menos atención, menos todo. Todo aquello que alguna vez fue mío ahora pasaría a manos de mi hermano.
Pero bueno así es la vida.
Y así con la llegada de mi hermano, un 16 de Mayo del ’95, nació mi hermano: Juan Carlos.
Ay pobre de mí.
CAPITULO II: “No todo es malo: JCD”
A pesar que las cosas no pintaban muy bien para mí tenía que seguir adelante.
Mis dudas, mis temores se hicieron realidad, con la llegada del nuevo integrante de la familia (como con todos los hermanos mayores), yo pasaba a segundo plano.
Bueno al inicio toda la atención fue para él…porque era el “chiquito” – si como no –… era el consentido, era como si fuese el primer hijo que tenían.
Pero que pena para mi hermano, porque un 23 de Mayo de 1999, llegaba mi nuevo hermano: Javier.
Ahora éramos dos los “ignorados”, y eso como que nos unió un poco y la pasábamos bien ya que en ese tiempo vivíamos en casa de mi abuela, y mis abuelos criaban a mi primo, el cual es de la misma edad de Juan Carlos.
Ahí Juan Carlos, Diego (mi primo) y yo la pasábamos bien jugando en el patio de la casa con un camión de madera (el que no ha tenido uno no ha tenido infancia), yo me paseaba mientras que los otros dos me empujaban (algo de bueno tenía que resultar de ser el mayor), jugábamos a las guerras a las escondidas y tantos juegos que en la mente de un niño se crean a partir de cualquier cosa que encuentra a su alrededor.
Una bonita etapa y con mi hermano…quien lo diría.
CAPITULO III: “Un pequeño paso para el hombre y una lágrima para mí: Fonsi”
Ya tenía cuatro años cuando un día por la mañana mi madre me alistó, me cambió estaba tiza ese día, yo no sabía el porqué de alistarme, me puso una especia de bata que recién había visto, tomamos desayuno un poco rápido y salimos a coger taxi rápidamente.
Cuando le pregunté a mamá que a dónde íbamos ella me dijo que íbamos al jardín.
Yo recordé que papá me había comentado algo de eso pero bueno como todo niño no le tomé mucha importancia a lo que dijo.
Cuando el taxi se detuvo pude ver mucha gente, eran padres y madres con sus hijos o hijas. Bajamos del taxi y la gente estaba como desesperada, creo que era contagioso porque al bajar del taxi mi madre se puso igual, pude ver a muchos niños vestidos con una bata igual a la que yo llevaba… ¿Qué raro?
Íbamos entrando y veía a niños llorando y aferrándose a las piernas de sus padres, a otros padres con actitud negativa cargando a sus hijos y saliendo, a otro gritándoles a sus hijos, a otros que se despedían de sus hijas y los dejaban con una señoras, vi que nos acercábamos con mamá a un cuarto donde nos esperaba una señora de pelo ondulado que sonrientemente nos daba la bienvenida, vi que mamá conversaba con la señora yo no escuché mucho porque estaba mirando el lugary vi que dentro de ese cuarto habían más niños.
Mamá me dijo que tenía que irse y que yo tenía que quedarme yo le dije que ya que se vaya; luego entré al cuarto, habían varios niños, el cuarto estaba decorado con números, letras, dibujos, y tantas cosas, se veía tan bien, se sentía tan bien.
Aquel cuarto decorado era mi salón, aquella señora de pelo ondulado era mi profesora Gloria, y aquellos niños eran mis nuevos compañeros, y todo aquello era parte de una nueva etapa en mi vida: “El Jardín”
Estudié en el jardín “Santa Teresita”
Ahí en el Jardín pasé muchas experiencias, aprendí cosas nuevas, tuve mis compañeros.
Siempre me ha gustado participar de toda actividad que ha habido y eso ha sido desde el jardín, participé en todos los teatros, bailes, representaciones y cuanta actividad había, incluso desfilé por fiestas patrias.
Y así en el Jardín fue que comencé con mis estudios, que no sécuándo acabarán…
Que divertido es el Jardín…
CAPITULO IV: “Primaria: Una etapa diferente”
Se terminó el jardín y era hora de dar el siguiente paso en mis estudios, ahora me tocaba ir a la Escuela. Estudié de primero a cuarto año en la I.E.P. “San Agustín”.
Ahí en primer grado aún estudié con uno de mis compañeros de jardín, él se cambió de colegio en segundo grado; aunque hace ya siete años que vivo en la misma casa que él ya que su madre le alquila el primer piso de su casa a nuestra familia.
Bueno en la primaria conocí a nueva gente, ingresé a otro ambiente de estudios, ya no era el salón tan alegre como en Jardín, aunque si tenía un par de figuras en las paredes, pero ya no era lo mismo. Al inicio como que nadie se hablaba entre compañeros ya que todos éramos desconocidos y pequeños, pero con el pasar del tiempo nos fuimos haciendo buenos compañeros y amigos.
Las experiencias eran nuevas, pero la niñez aún conservaba aquella magia que tiene la infancia y que el tiempo se la va llevando poco a poco.
Lo mejor de la primaria eran los paseos, recuerdo que una vez para el día del niño se organizó un paseo a nivel de toda la primaria (eran pocos alumnos), lo anecdótico es que yo no recordé que iba a haber paseo ya que nos avisaron un jueves que había reunión para acordar para el paseo que era al día siguiente, o sea el viernes y como siempre he sido distraído, lo olvide y por consiguiente olvidé mencionárselo a mi mamá; y bueno el viernes fui a clase como todos los días con mi uniforme, mis cuadernos, y una fruta. Al llegar noté que habían unos micros en la puerta de la Escuela, cuando entré al salón la profesora me dijo que porque estaba vestido así, que si no iba a ir de paseo, le dije que lo había olvidado.
Para ese rato ya estaban a punto de partir y en mi salón ya estaban todos, excepto mi compañero que ya había pagado pero no llegaba, y me dijeron que si él no llegaba y como ya estaba pagado yo iba en su lugar; yo como era un niño no pensé en que dirían mis padres u algo así solo atiné a pensar en que tuve suerte que mi compañero no fuera ese día para así yo poder ir de paseo…al fin y al cabo era un niño.
Recuerdo que cuando todos llegamos la pasamos bien, de lo más bacán, pero llegó la hora del almuerzo y bueno yo sólo tenía mi manzana que a pesar que es una fruta no es suficiente almuerzo para un niño, fue que en la tapa de un táper me dieron un poco de lo que todos los de mi salón habían llevado; lo bueno fue que comí varias cosas inclusive comí cuy… bueno fue un gran día estaba de lo más alegre ya llegando al Colegio, cuando al bajar del carro vi a mi madre que estaba más que furiosa, ya que yo había ido a clase pero ya eran las cuatro y media de la tarde cuando llegué. Me cayó un sopapo, un señor sopapo, y se puso a discutir con una profesora que le dijo que porque me golpeó, y bueno mi madre diciendo que se la había pasado toda la tarde buscándome como loca, en cierto modo ella tenía razón pero bueno.
Después de eso nos dirigimos a casa, mi temor era llegar donde papá, ya que pensaba que me reprendería peor que mamá, pero al llegar a casa me recibió de una forma totalmente inesperada tanto para mí como para mi mamá, ya que al llegar papá me saludó como si hubiese llegado a la hora normal en un día normal e incluso me regaló un sándwich de pavo, algo que yo no esperaba pero recibí muy feliz.
Fue un día muy loco pero la pasé muy bien…
Ya cuando iba cursando el cuarto año de primaria, con varios compañeros nos metimos en lo que es la Primera Comunión, en la Iglesia San Francisco, ahí también la pasé bien hice más nuevos amigos, fue mi primera experiencia eclesiástica.
Ya en quinto año me trasladé al gloriosísimo “San Ramón” donde cursaría el resto de mi primaria.
En mi nuevo centro de estudios conocí nueva gente, hice nuevos amigos, tuve nuevos profesores (poli docencia), era el chancón de la clase, el más palomilla y el arquero del salón, motivo por el cual rápidamente me convertí en uno de los dos que “mandaban”, si se puede decir, en el salón (el otro se llamaba Joselito).
El lugar del recreo en “San Ramón” primaria, el patio de quinto y sexto para ser preciso era un loquerío total, ya que era un patio del tamaño de una cuadra y jugaban todos los salones “a la vez”, se jugaba vóley (ya que la primaria era mixta), futbol, canicas, y un montón de juegos más, lo gracioso era que cada cinco minutos había una niña llorando porque le cayó un pelotazo de los que estaban jugando futbol.
La fiesta de promoción fue un caso ya que no pude estar muy despierto debido a que el día anterior había sido el baile de promo de la, en ese entonces niña, que iba a ser mi pareja de promo y estuvimos hasta las cinco de la mañana y yo solo era un niño, cosa que yo estaba agotadísimo en mi fiesta de promo y para colmo después de unas horas de mi fiesta de promo tenía que ir a dar mi examen de ingrese a la secundaria. La pasamos bien bailando, vacilándonos, y yo tomando por primera vez, y ya que fue la primera vez que tomaba resulté ebrio y si le añadimos el que estaba de sueño bueno el resultado es una persona de 11 años durmiendo en el baño; lo bueno fue que me despertaron mis compañeros y a la media hora se me pasó. Lo bueno fue que mis padres ni cuenta se dieron de todo eso ya que ellos estaban ahí con otros adultos divirtiéndose.
Y se fue la primaria…
CAPITULO V: “Secundaria: FoX”
Bueno después de mi fiesta de promo descansé menos de dos horas y tuve que ir a dar mi examen de ingreso a “San Ramón” – La Recoleta. Logré ingresar ocupando el segundo puesto.
El en colegio conocí más y nueva gente, hice nuevos amigos.
La Secundaria fue una gran etapa, la más chonguera de todos mis estudios creo yo.
En primer grado no éramos muy compañeros que digamos, pero igual la pasábamos bien, siempre haciendo hora.
Conforme pasaba el tiempo nos íbamos haciendo más patas y se iban formando los grupos; mi grupo era el de los chongueros, plageros, bullangueros, copiones, esos que al momento de joder a los profes o solicitar algo pedir alguna salida a nombre del salón están primeros.
Recuerdo que una vez en segundo grado, cuando aún era algo estudioso, el profesor de comunicación me dejó a cargo de dictarle un texto para que copie todo el salón. Bueno la cosa es que mientras yo dictaba había uno de mis compañeros, Jara, que yo dictaba y él hacía bulla y tanto molestaba que yo le dije a todo el salón que a la salida le hagan carga montón o apane como se le llama en el cole, bueno la cosa es que llegó la salida y yo ese día salí primerito y me fui directo al play station, yo estaba jugando de lo más tranquilo y llega mi compañero y me dice que lo habían apanado a Jara en la puerta del cole, y mientras iban saliendo de diferentes salones lo iban apanando y hasta que salieron los profes y se ganaron porque “en la puerta de salida, la única que hay, lo apanan”, yo le dije a mi compañero que bien hecho se lo merece ese maricón y seguí jugando.
Al día siguiente llego al cole y pregunto cómo fue y todo eso, los detalles del apane y mientras me contaban en formación dan la orden de que mi salón después de formación se quede en el patio, yo me reía porque les dije: uuuuuy ya los cagaron; bueno nos hacen quedarnos en el patio nos alineamos, después lo llaman a Jara y le preguntan que quienes han sido y lo que me sorprendió fue que al primero que mencionó es a mí, yo me quede como idiotizado porque por primera vez yo no había hecho nada, ni siquiera lo había tocado, ni siquiera vi lo que había pasado, ni siquiera estuve ahí, solo dije que lo apanen.
Yo no quería salir y le dije al sub director, quien por cierto es amigo y paisano de mi papá, cosa que me conocía, que yo no hice nada que ni siquiera estuve, pero Jara le dijo que yo había dicho en el salón para que lo apanen y el sub director me dijo que con que yo era el cabecilla. La cosa es que nos sacaron a ocho y nos dijeron que no íbamos a entrar hasta que llevemos a nuestros padres.
Fuimos sacamos nuestras cosas, salimos del cole y en vez de ir a traer nuestras cosas fuimos a un parque a echarnos, como hacía sol y estábamos de buzo mejor, agarramos nos paseamos en los columpios, como recién habían podado el césped estaba todo aglomerado, agarramos lo acomodamos a lado de un columpio alto y nos tirábamos encima del pasto, locazo; de ahí nos fuimos a tomar desayuno a la casa de la abuela de mi compañero que también lo habían sacado, sacamos un balón también de ahí, nos fuimos a la colmena a jugar futbol ahí en todo el sol, lo malo era que estábamos totalmente sin ni un centavo y a pesar que estábamos cansadísimos y hacia un sol intenso no teníamos para comprar nada, así que nos echamos a descansar; como quien dice nos cansamos de vagar.
Al día siguiente bueno tuvimos que llevar a nuestros padres y nos dieron una señora llamada de atención y nos pusieron matricula condicional.
Pero ni así curtimos…
En el colegio la brutalidad en los juegos es algo innato y más si el colegio es de puro varones, todos los días jugábamos huacha vale todo y pobre del que la chapa pase entre sus piernas, era un minuto de intenso dolor, pero aun así seguíamos jugando, agarrábamos al más grande y gordo y entre cinco le sacábamos el ancho, pero pobre de aquel al que lo coja ya que nadie de los que le ayudaron a gomear al “feto” podía ayudarlo, si alguien se atrevía iba a sufrir el mismo cruel destino del otro, una lenta y brutal golpiza, que parecía más brutal de lo que era ya que nos gustaba gritar más de lo que era el dolor para que se vea más bacán, por chongo, ya que en realidad no dolía tanto, ya estábamos curtidos al fin y al cabo.
Hay cosas que nunca pueden faltar en un colegio de solo hombres, por ejemplo los apodos, no había profe sin apodo, y la mechas.
En mi salón no hubo mechas dignas de recordar, pero si las hubo.
Si en primaria lo paseos son buenos, en secundaria los paseos son grandiosos…
En segundo grado fuimos a la Granja Porcón, éramos pocos los que fuimos, así que fuimos en una modesta combi nada más, había llovido así que todo estaba de lodo, nos fuimos a jugar a una canchita, estábamos jugando de lo más amenamente hasta que uno de mis compañeros cayó en todo un charco de agua y barro, fue un mate de risa. De ahí nos paseamos por todo Porcón y lo más gracioso sucedió cuando estábamos de regreso, iba nuestra combi a modo de carrera con el micro del “L”, estábamos ofensas van ofensas vienen y abren la puerta del micro y mi pata abre la puerta de la combi(ambos vehículos seguían en marcha), y el que abrió la puerta de nuestra combi sacó la cabeza para insultar a los de micro y cuando está sacando la cabeza le cae un pedazo de manzana en toda la cara y cayó hacia adentro, fue un mate de risa…
En tercer año decidimos ir a Chiclayo City de paseo, y bueno la verdad es que más chongueamos en el carro que en Chiclayo ya que comimos de todos, tomamos de todo, hicimos de todo (no puedo dar más detalles porque esto va a ser publicado y lo que estoy omitiendo no es apto para cierto tipo de público). Pero el paseo fue un rotundo éxito, chongueamos en el carro, también en Chiclayo, no dormimos desde que partimos hasta que nos tocó volver, cosa que cuando regresamos todos volvimos durmiendo…
No recuerdo si en cuarto fuimos o no de paseo.
Ya para quinto tocaba el viaje de promo, éramos sólo 14 los que íbamos de viaje así que el dinero sólo nos alcanzó para ir hasta la frontera.
¡Que viaje de promo!...lo mejor del viaje fue en Máncora, aunque en todos los lugares que estuvimos tenemos algún recuerdo. La pasamos de la patada paseando, comiendo bien, tomándonos fotos, chongueando, tomando, haciendo de todo (al igual que en el paseo a Chiclayo, los detalles del viaje de promo no los puedo dar)
CAPITULO VI: “Llegada a Barrios Altos: Fx”
Con la llegada a la secundaria también vino otro cambio, nos mudamos de casa y pasamos a vivir a Barrios Altos (en verdad es San Sebastián pero como vivimos en parte alta que cansa subir le decimos así Barrios Altos), bueno ahí conocí a los que hasta el día de hoy son mis amigos.
Ahí en el barrio aprendí muchas cosas tanto buenas como malas también no hay que negarlo, pero lo bueno es que siempre se han pasado buenos ratos entre patas.
En mi barrio fue donde empezó la buena vida y la poca vergüenza como dicen, empezaron las fiestas, las reuniones entre patas, la junta en la esquina, los kinos, y toda la diversión sana y no sana que hay.
Siempre nos ha gustado ir por los cerros a buscar donde divertirse o simplemente por vagar pero siempre hemos ido al cerro que queda camino al Cumbe, de a pocos íbamos avanzando cada vez más, al inicio solo íbamos hasta unos metros más allá del mirador a deslizarnos en unas tablas de skate sin ruedas, o si no a explorar, este año ya fuimos más lejos llevando sogas para formar un columpio en la rama de un árbol de unos quince metros (la rama solo estaba a unos diez metros).
Hasta que un día veinte de marzo decidimos ir caminando hasta el Cumbe, fueron más de tres horas de caminata y full subida encima, solo fuimos ocho hombres, fue un chongo total.
Partimos a las ocho de la mañana y llegamos casi a las doce, pero valió la pena, un gran paisaje, a pesar que no recorrimos todos lo frailotes (por motivos de cansancio), hubieron caídas, risas, chistes, de todo (bueno ya supondrán porque no hay detalles).
En fin siempre ha habido paseos, celebraciones y de todo un poco en mi barrio.
Pa’ Chicha y Pa’ Pan…
CAPITULO VII: “Confir ’09 San Pancho: BSB’s”
Fue cuando yo cursaba el quinto de secundaria, cuando con otros patas del barrio un día pasábamos por la Iglesia San Francisco y vimos un cartel donde anunciaban la Confirmación 2009 y bueno por chonguear y porque había el rumor que las chicas que iban a esa Confir “estaban buenas” y porque bueno los domingos en la mañana no teníamos nada que hacer, fue que decidimos inscribirnos.
Un doce de abril de ese empezó la confirmación al inicio se veía monce, solo esperábamos el tema general para vernos entre patas y chonguear. Pero después como que se fue haciendo interesante la cosa, aprendíamos cosas nuevas, a pesar que no hicimos muchos amigos, lo más importante aprendí a valor las cosas de la vida, me acerque más a Cristo.
Lo más hermoso de todo el proceso fue el retiro, la mejor experiencia que he tenido, ya que fue gracias a lo que pasamos en el retiro que en cierto modo cambie un poco para bien.
Pase grandes momentos que al recordarlos hacen que desee volver a vivirlos, ya que en ese entonces las cosas se veían más fáciles, aunque de los trescientos que se inscribieron, solo se confirmaron cientocincuenta, y de esos ciento cincuenta solo siguieron en la iglesia unos veinticinco, fue buena la Confir, me sirvió de mucho en mi vida y eso que aún falta lo mejor…
CAPITULO VIII: “Igle ‘10: FonZi”
Ya una vez confirmados, fuimos llamados a seguir en la Iglesia, pero solo pocos nos quedamos (unos veinticinco), nos integramos a un grupo de la Iglesia: Perseverancia.
En este grupo empezamos la vida cristiana, lo primero que hicimos recuerdo fue una chocolatada en la Beneficencia nos salió bien bonito, hice una pequeña amiga, de la cual no recuerdo su nombre (soy muy malo para recordar nombres), pero la pase con ella durante todo el teatro, de ahí armamos un pequeño show para los niños, se sentía tan bien.
Al día siguiente nos tocaba ir un poquito más lejos, teníamos que ir a preparar una chocolatada hasta Shaullo, algunos fueron desde la mañana, otros fuimos a las dos en un “volquete” ahí pero de lo más bacán, nos fuimos cantando música eclesiástica y los ricos carnavalitos. Llegamos a nuestro destino y tuvimos que ordenar a los niños, mientras otro grupo preparaba un número musical (a lo karichiquitinas algo así); les repartimos la chocolatada, ropa y juguetes que habíamos recolectado, nos salió bien chévere; pero había un pequeño detalle no había donde regresar, así que a las siete y media maso menos (para colmo había llovido plan de cinco), tuvimos que regresar caminando, lo bueno es que éramos un manchón y nos fuimos cantando haciendo hora, de lo más divertido.
Después de todas estas actividades se vino la escuela de catequistas, donde nos preparaban para ser catequistas de confirmación; también se vinieron actividades de la Iglesia, bailamos merengues, música moderna e inclusiva una música de la selva, son tantos buenos recuerdos.
Después empezó la Confirmación 2010, yo era catequista del grupo amarillo, iba haciendo un buen trabajo, pero por fallas de mi parte y por motivos personales decidí retirarme de la confirmación no sé si haya sido lo mejor pero fue una decisión que tome, creo que algún día regresare (eso espero), porque el mundo de la Iglesia es maravilloso, ahí hice muy buenos amigos, aprendí muchas cosas y conocí a una persona muy especial de quien hablare más adelante
CAPITULO IX: “Personas especiales: MiA”
En esta parte quiero hablar de aquellas personas que han hecho de mi vida algo mejor de lo que podría ser.
En primer lugar quiero mencionar a mis padres, aquellos que me dieron y me dan todo cuanto pueden y a quienes, a pesar de algunos problemas que puede haber como en toda familia, me han brindado todo su cariño y me han permitido progresar como persona.
Bueno empezaré por hablar de mi padre. Su nombre es Alfonso R. Quirós Arroyo, es de San Marcos, él nació un 24 de enero de 1954, Ingeniero Agrónomo de profesión, ahora se encuentra en Trujillo administrando unos negocios de su hermana.
Bueno para mí él es uno de los motivos para ser un gran profesional, el día que egrese mi título se lo dedicaré en primer lugar a él, ya que se esfuerza día a día por sacar adelante a nuestra familia, a pesar que a veces los hijos podemos resultar ser un tanto ingratos por momentos con nuestros padres.
Él es una gran persona, un gran hombre, a pesar que tiene algunos defectos (terco, el más notorio), es un modelo a seguir.
Ahora hablaré de mi madre. Celia L. Sánchez Gonzales, natural de Cajabamba, nació un 10 de junio de 1969, una de las mejores economistas, la mejor cocinera que conozco (después de mi abuela que es su maestra), no muy buena profesora, una maniática de la limpieza, es la que nos mantiene durante el día para poder desarrollarnos, a mí y a mis hermanos, como personas de bien.
Ahora hablaré de Mayra, ella es actualmente mi novia (digo actualmente porque después seremos esposos…jajaja), bueno a ella la conocí en la Iglesia hace más de un año, fuimos amigos durante un buen tiempo, nos divertimos juntos hicimos de todo juntos, chongueamos, sacamos diferentes bailes y en todos esos bailes éramos pareja, reímos, lloramos, jugamos, comimos, tantas cosas juntos y un día como jugando… ¡clic!...jajaja.Con ella he pasado momentos buenos y malos, muchos más buenos riendo, jugando en fin, conversamos tantas cosas juntos y bueno es por lo que siento por ella que le dedico esta parte del libro.
Ahora finalmente, pero no por eso menos importante, al contrario lo guarde para el final porque lo mejor siempre va al último, para cerrar con broche de oro, aquella persona por quien tengo a mis padres, por quien conoce a esa otra personita especial, como dice la canción un tipo flaco y pelucón, bueno esa persona es Jesús.
A pesar que hace un par de años no creía en Él, a pesar que no soy el más devoto de los devotos, a pesar que me aleje de la Iglesia, tengo presente que gracias a Él y a Papá Upa (Dios), todo lo que me ha pasado en la vida me ha pasado por algo y que nada es casualidad, y le agradezco porque si tuviera que cambiar algo no cambiaría nada.
CAPITULO X: “¿El final?”
Bueno eso es una parte de mi vida, espero que les agrade lo que lean, y que les sirva para conocerme un poco más si así lo desean.
Quisiera concluir esta parte del libro; porque la historia de mi vida se sigue escribiendo día a día, minuto a minuto, segundo a segundo, con cada acción, movimiento que hago, en la páginas del gran libro del destino; con una frase que espero sirva de algo para quien lo lea (es mi frase por sea caso, esta patentada):
“QUIERE LO QUE NECESITES, AUNQUE NO NECESITES LO QUE QUIERES”
Bueno en esta parte les daré a conocer aquello que me inspira, me motiva, aquello que me gusta hacer.
Bueno empezaré por decir que soy un fanático del deporte rey: el fútbol, aunque no juego bien me gusta jugar, no me gusta perder cuando juego.
Hay muchas cosas que me motivan en la vida: mis padres, el anhelo de un mejor futuro para mí y mi familia que algún día tendré, el poder sobresalir como persona.
Lo que me inspira es mi bobo, mi pequeña: Mayra, a ella le he dedicado lo que mejor se hacer y aquello que suelo hacer.
Lo que mejor se hacer es dibujar, digo que es lo que mejor se hacer porque cuando lo hago me libero de todas las tensiones, me siento bien dibujando, dicen que dibujo bien, pero solo puedo dibujar lo que ya está dibujado (mejor dicho copio dibujos), no sé dibujar algo de mi imaginación.
Aquello que suelo hacer, de vez en cuando, es escribir poemas o poesías, no se que serán pero me gusta hacerlo, a veces cuando me entra la locura de hacer algo y no sé que hacer y no encuentro que dibujar, escribo, no sé que tal lo hago pero también se siente bien. De los poquísimos que se han conservado la mayoría están en manos de la que me inspiro a escribirlos.